Carlos, príncipe de
Gales (Charles Philip Arthur George Mountbatten-Windsor) (Londres, 14
de noviembre de 1948) es el hijo mayor de la reina Isabel II del
Reino Unido y su esposo el príncipe Felipe, duque de Edimburgo; como
heredero al trono del Reino Unido así como de los reinos de la
Mancomunidad, recibe el título oficial de duque de Cornualles y,
desde 1958, príncipe de Gales, además de los títulos históricos
de duque de Rothesay (título oficial en Escocia), conde de
Carrick, barón de Renfrew y señor de las Islas (asociados
al ducado de Rothesay), y conde de Chester. Carlos es el
heredero aspirante al trono durante más tiempo que ningún otro en la historia
británica e inglesa.De mantener su nombre reinaría como Carlos III, aunque hay rumores, desmentidos
por su gabinete de prensa, de que escogería el
nombre de su abuelo para reinar, por lo cual sería Jorge VII (George VII).
El 29 de julio de 1981 contrajo
matrimonio en la catedral de San Pablo de Londres con la
aristócrata lady Diana Spencer, hija del conde Spencer, quien se
desempeñaba como profesora de guardería. Todas las casas reales asistieron al
enlace con la excepción del rey español Juan Carlos I, que declinó la
invitación ya que el viaje de novios de la pareja incluía una escala
en Gibraltar.
Tras el matrimonio,
lady Diana se convertiría en Su Alteza Real la Princesa de Gales,
transformándose en una estrella mediática, perseguida por la prensa e imitada
incluso en su estilo de peinado. La princesa recibió también muchas críticas
que afirmaban que poseía una personalidad inestable.
La relación matrimonial empezó a deteriorarse a fines de la década de 1980 de forma pública y para principios de la década de 1990 el distanciamiento entre ambos cónyuges era evidente. La prensa sensacionalista aprovechó la situación para presentar a una solitaria y rebelde Lady Di (como era conocida popularmente) y dejar al príncipe de Gales como un ser aburrido sujeto a las rígidas costumbres monárquicas frente a la opinión pública.
En 1992 el
matrimonio se separó de hecho, separación que terminó en divorcio el 28 de
agosto de 1996. A raíz del divorcio, la Princesa de Gales perdió el
tratamiento deAlteza Real, pero conservó el título de Princesa de Gales.
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